Del verbo sonreír. En gerundio.
Ese que a tí te sienta tan bien.
El que provocas en mí cuando te pienso.
Lo único que llevabas puesto aquella mañana.
El verbo que se borra cuando los miedos me persiguen,
y el que los desafía.
Sí, ese que, últimamente, se ha convertido en mi hogar.
Y del que, ahora sí, que no pienso mudarme.
Y una sonrisa.
La tuya,
que no me deja tener la cabeza en otro sitio.
Sonríe, corazón.
(aunque al principio pensara que lo hacías demasiado).
A. <3