lunes, 2 de mayo de 2016

Mi manchi

Echo de menos a .

Ya no añoro verlo, ni despertarlo a carcajadas o escucharlo explicarme lo especial que soy para él. Tampoco echo de menos esa forma tan suya de mirar, de acariciar o de hacer(me) el amor.

No extraño sus buenos días, buenas noches, los paseos de andar por andar, confesándonos secretos, descubriéndonos lugares. Pintar juntos, reír como niños. Tirarme en la cama todo el día y negarme a levantarme sin él. O nuestras madrugadas abrazados siendo uno solo. En una cama que se quedaba muy grande porque nos hacía falta muy poco. Esas noches de apagar el reloj, encender la luna y contarnos la vida a versos. (Te confieso que eso sí lo echo un poco de menos).

Pero cuando hablo de extrañar me refiero a un nosotros. A una rutina desordenada que impusimos sin saberlo.
Hablo de ti y de mi. Y del sentido que tenía mi vida cuando éramos lo que quiera ser que fuimos.

Me refiero a esas pequeñas cosas, a solo saber que estás sin tener que demostrarlo. A sonreír si mi teléfono te recuerda.
A que sigas ahí.
Calando hondo. Dejando huella.

A que no me arranquen ese trozo de mi que te llevaste contigo.

domingo, 1 de mayo de 2016

M.

Hay palabras que se quedan grabadas para siempre.
Como hace algunos años, cuando me pediste que brillara y que lo hiciera a lo grande. Fuerte y bonito.

Hoy estoy aquí, bastante lejos y cumpliendo sueños. Como llevo haciendo desde que conseguí soltar mis miedos y echar a volar mis ganas.
Hoy te debo todas esas ganas. Las mismas por las que me empapo cada día de emociones. Las ganas de atreverme a vivir. Siempre a mi manera. Las mismas ganas que ya no me frenan y que ahora hacen que mi vida sea mía y que dependa sola y exclusivamente de mi. Las ganas vivir tan intensamente que no sepa distinguir la realidad de la ficción. Viviendo sueños.

Se lo mucho que te gusta que escriba, y lo poco que te dejo leerme.

Pero hoy era más que necesario.
Mamá. ❤️