martes, 23 de junio de 2015

¿A qué huele el verano?

El verano huele a paz, a tranquilidad. El verano huele a tiempo para gastar como nos venga en gana. Huele a mar, a salado y a dulce. A arena y a filetes empanados en la playa. Huele a cervezas hasta las tantas, y a desayunos que son casi almuerzos. 

El verano huele a un millón y medio de libros que leer, o que beberse más bien. Huele a sol, a brisa mañanera y a noches en calma. Huele a amores de una noche. O de dos. El verano huele a locuras, a personas inolvidables, a historias irrepetibles. Huele a sábanas revueltas, a camas desechas. A alcohol y al humo de algún que otro cigarrillo. 

El verano huele a besos de desayuno, de media mañana, de tarde y de buenas noches. Huele a una luna llena para recordar y a deseos en una lluvia de estrellas. A carcajadas y a alguna que otra locura. El verano huele a buenos amigos y a mejores ratos. Huele a aire fresco y a cuerpos húmedos. A dormir sin reloj pero en buena compañía. 

El verano huele a viajes, a gente nueva, a lugares donde repetir. El verano huele a ganas y a gin-tonics, ron, tequila o lo que te apetezca. El verano huele a ropa nueva, a sonreír porque sí. El verano huele a ser diferente. A sorprender. A contar algo nuevo. Huele a sorpresas y a despedidas. 

El verano huele a comienzos y este está preparado para empezar.

lunes, 22 de junio de 2015

No me gustan los tíos cursis

Esos que leen poesía, escuchan canciones de amor y se emocionan viendo cualquier comedia romántica. No me gustan. No son masculinos. Y Lloran. Y ni eso es un tío ni ná de ná. 


O bueno, pensándolo mejor sí. Sí me gustan, pero no por ser cursis sino por no avergonzarse de ello. Y por ser más valientes que yo, que sí soy cursi, pero nadie lo sabe. 

Llorar es de débiles y lamentarse de mucho victimismo. Así que no, cuanto menos gente lo sepa mejor.

Entonces lo escondo. O me inventó cualquier cosa para disimularlo y que nadie se entere. Lo que sea con tal de que nadie piense que lo soy, que la sensiblería no se lleva y los tíos de hoy día salen corriendo si descubren que lo eres.

jueves, 18 de junio de 2015

Los besos no saben a tabaco

O al menos no deben hacerlo.

Valga esto como pequeña reflexión de las exigencias que ponemos hasta que se cruza el que se tiene que cruzar.

Lo quiero así o asao. Bueno, asao mejor no. Y buscamos que sean simpáticos, que nos hagan reír, que hagan deporte y que no fumen. Total pa qué, si al final se presenta un gracioso (nunca mejor dicho) y nos olvidamos de todo lo demás.

Exigir es absurdo, y se aprende con el tiempo.



miércoles, 17 de junio de 2015

Lo poco que se lo aprendí de mí

Si algo aprendi de la vida es que se cuenta despacio y se vive deprisa. Que lo mejor de las historias es como empiezan pero siempre nos quedamos con el recuerdo de como acaban . Si algo aprendí de la vida es que hay secretos que es mejor callar para siempre y otros que aun gritándolos a los cuatro vientos nunca te parecerá posible desprenderte de ellos. Si algo aprendí de la vida es que no tiene sentido si no te mojas en cada decisión que tomes. Si no sales  a empaparte de todo lo que te propone. Porque si algo aprendi de la vida es que el truco de la felicidad está en dejar de contar como los días pasan, para que sean ellos los que tengan algo que contarte.


Si algo aprendí de la vida es que cobra sentido en el momento en que decides que lo haga. Y que ese momento está tan cerca como quieras verlo. Si algo aprendí de la vida es que superarse es el mejor de los desafíos. Que no hay nada comparado a la sensación de hacer todo eso que te dijeron que no conseguirías. Y que no conseguirlo solo te hace más fuerte. Si algo aprendí de la vida es que equivocarte es lo mejor que te puede pasar. Y que más vale tarde que nunca. Porque nunca es tarde si la dicha es buena.

Si algo aprendí de la vida es que cobra sentido cuando encuentras ese algo incoherente que te hace saltarte las normas. Navegar a la deriva. Y vivir. Con los ojos cerrados y los sueños abiertos. Para llorar de alegría y reír de tristeza. Porque para vivir hay que tirarse del precipicio y aprender que el cosquilleo de antes es la mejor sensación del mundo. 

Si algo aprendí de la vida es que hay vicios inconfesables. Magníficos. Y despedidas eternas. Encuentros inevitables. Y recuerdos enlatados. Y no, no hablo del alcohol ni de las drogas. Aunque siempre he sabido que tu eras la peor de todas mis manías. Hablo de ti. Y de como el simple roce de tu piel con la mía podía provocar un tsunami en la otra punta del mundo. Al igual que el aleteo de una mariposa. Hablo de tu capacidad para darme lo mejor de ti en pequeñas dosis. Sin prisas pero sin pausas. Enganchándome de la mejor (o peor) manera posible.

Si algo aprendí de la vida es que cuando todo se volvió negro encontré a esas personas que me hicieron ponerle color a mis días. Y gracias. A vosotros. Y a mi. Por colorear el camino. Las mañanas. Y las noches más frías. Porque hay personas que tienen ese "no se que" que los hace ser magia. Y hay quien sabe ser magia aunque nunca llegue a saberlo.

Si algo aprendí de la vida es que todo llega en el momento indicado y que esperar algo con muchas ganas no va a hacer que ocurra. Pero que quedarse sentado tampoco es el camino. Si algo aprendí de la vida es que no te regale nada. Que si estamos aquí es para ganarse el puesto. Día a día. Como quien nunca falla. Y que la paciencia no es ni será mi mayor virtud, pero la vida me enseñó que es la clave de muchos éxitos.

Si algo aprendí de la vida es que le encontré sentido a todo cuando un desconocido me sonrió en el metro. Y cuando me tendiste la mano sin que nadie nos viera por debajo de la mesa. Me enseñaron que esconderse es tan mágico como único. Y que las mayores locuras se hacen sin que nadie lo sepa. Por eso las escapadas de madrugada siempre son un buen plan. Y si son contigo, las mejores.

Si algo aprendí de la vida es que hay personas que son casa y en cuyos brazos pudiera ocurrir un apocalipsis que estarías a salvo. Busca siempre a esas personas. Personas con complejo de imán que te provocan las mayores y más placenteras descargas del mundo. Personas que te hacen ser tú sin ninguna excusa, ni miedo y en total libertad. Si algo aprendí de la vida es que nunca quieras ser la primera opción de nadie. Ni la segunda. Y menos la tercera. Búscate siempre a alguien que no guarde opciones bajo la manga. Y que seas la única. Y te lo haga ver. Porque lo eres.

Si algo aprendí de la vida es que nunca se quiere igual. Ni parecido. Que las relaciones y las personas tienen su plan secreto aunque no lo sepamos. Y que al primer amor se le quiere mucho y al resto siempre se les quiere mejor. Si algo aprendí de la vida fue que para querer primero hay que saber quererse. Porque para jugar hay que saber perder. Y para amar hay que saber luchar. Y arriesgar. Arriésgate. Te.

Si algo aprendí de la vida es que lo mejor es vivirla. Arriesga. Pierde. Gana. Lucha. Llora. Y ríe. Grita. Cáete. Y levántate. 1546267 veces. Continúa. Aprende. Disfruta. Bebe. Ama. Vive.

Y lo  mejor que aprendí de la vida es todo lo que me queda por aprender.


domingo, 14 de junio de 2015

Buscándome

Búscate alguien que te rompa. Que te desordene y ponga patas arriba tu vida. Búscate alguien que tenga algo que contar. Alguien que hable alto y claro. 

Búscate un valiente. Alguien que arriesgue por tí y no abandone la nave antes de tiempo. Búscate alguien que merezca la risa. Búscate alguien que no le preocupe el mañana. Alguien que cuando esté contigo solo le importes tú. Y que cuando se marche te eche de menos. Búscate alguien que sepa lo que vales. Alguien que sepa lo que mereces. 



Porque ya me lo dijeron hace tiempo, un día alguien va a llegar a tu vida y te hará entender porque otros no se quedaron. 

Búscate. Búscame. 

lunes, 8 de junio de 2015

Leer entre líneas

Me gusta hacerlo. Creo que se dice mucho más de lo que puede parecer a simple vista. Será porque yo lo hago, y eso de "se cree el ladrón que todos son de su condición" no puede ser mas cierto.

Prefiero pensar que hay algo más allá de lo que puedan decir un par de palabras. Intento adivinar qué es lo que le pasaba a esa persona por la cabeza en ese momento, o qué pretendía insinuar cuando usó esas palabras y no otras.

Otra opción es que no haya nada más allá. Que lo que realmente haya querido decir ha sido justo lo que ha escrito, y que es tan simple como el mecanismo de un chupete.

Entonces deja de ser interesante, hago de las mías y pego la escapada.

Y es que si algo tengo claro es que quiero a alguien que me dé que pensar, alguien que vaya más allá. Así que, teniendo en cuenta como está el patio...

Sí, podéis llamarme exigente.

lunes, 1 de junio de 2015

Reencontrarse

Con personas con las que no coincides desde hace años, con amigos a los que ves cada semana o con la persona que ves delante del espejo a diario.




Lo importante es reencontrarse, para darse cuenta de que por mucho que creas que han cambiado las cosas, siempre queda un pequeño rastro de lo que había.


Entonces llegan los momentos bonitos. Como ese en el que te das cuenta de que esa persona sigue haciéndote reír de la misma manera que cuando teníais 15 años,  o aquel en el que tu mejor amigo te recuerda, sin quererlo, por qué sigue ocupando ese sitio después de tanto tiempo.


Me gusta llamarlo magia. La magia de coincidir en la vida, de poder teletransportarte de inmediato a otro lugar, a una canción, a una fotografía o una de las mil anécdotas que has vivido.


En éstos ultimos días he tenido la oportunidad de hacerlo, de reencontrarme, conmigo y con mucha gente.


Me quedo con eso. Con los pequeños regalos que la vida nos hace.