Habrá llantos y despedidas.
Y mucha distancia.
Y no podrá decirse que no se ha vivido.
Que no he exprimido al máximo cada segundo, aunque siga sedienta de más.
Porque si por algo puedo dar gracias a la vida es por poder disfrutarla acompañada por los mejores.
Así que, queridos reyes magos, tengo un cambio de última hora.
Mañana al despertar no quiero regalos sobre el sofá.
"Quiero a los tres pilares de mi vida dándome un beso de buenos días.
Un abrazo de mis mejores amigas.
Un millón de momentos más como los vividos estas navidades.
Y un -te espero-.
Quiero encontrarlo todo como lo dejo, sin hospitales ni males de por medio. Y que el año que viene pueda volver a pedir lo mismo.
Los quiero a ellos.
Ellos son el mejor regalo.
Y si al final decidís traerme carbón, al menos sé que tendré con quién compartirlo."
No hay comentarios:
Publicar un comentario