sábado, 2 de mayo de 2015

Las cosas claras y el chocolate espeso

Me gusta la gente que se quiere. Las personas que se anteponen a todo, ellas primeras y el mundo después. Me gustan las personas sinceras, esas que hablan antes de pensar y que la gran mayoría de veces se equivocan rotundamente. Me gustan los locos. De remate. Esos pocos que nos dejamos llevar por impulsos, sin miedos y con las ideas nada claras. 

Me gusta la gente que se ríe de todo y de todos, los que intentamos sacar la positividad incluso cuando no la hay. Los valientes. Me gustan esos que arriesgan al todo o nada, los que luchan por cumplir sus sueños y no descansan hasta que lo consiguen. Me gusta la gente que se equivoca una y mil veces, la que se levanta siempre con una sonrisa, con las ganas de continuar. 


Me gusta la gente feliz, la que no tiene miedo al que dirán. Las personas que viven su vida sin prejuicios. Los que se quieren tal y como son. Me gusta la gente que cree, aquellos que sueñan y cuyos sueños no les dejan dormir. Me gustan las personas que se ríen solas, a carcajadas y haciendo mucho ruido. 


Me gusta lo inusual, la gente que no suele gustar. Esos pocos que viven a contracorriente. Los que se dejan llevar. Los que disfrutan el momento. Los que te hacen reír. Me gustan las personas que andan, comen, viven y aman despacio. Los que disfrutan el camino y la compañía. Las personas que no necesitan ir de nada porque lo son todo. 


Me gustas tú. Las cosas claras. Y el chocolate, como bien dicen. Espeso, negro, blanco, con leche, por la mañana, por la tarde o por la noche.

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