lunes, 3 de agosto de 2015

Encontrarnos. Perdernos. Arriesgarnos.



No se trata de tener prisa, ni de hacerlo despacio y con buena letra. Tampoco se trata de planear cada instante, ni de hacerlo infinito. Te diré que no se trata de olvidar, ni de pasar página. Al igual que te digo que no se trata de esperar ni de salir a buscarlo.

Se trata de aflojar, de frenar un poco pero no demasiado. De viajar muy lejos pero lo suficiente para poder volver rápido a casa. De dejarse llevar y sufrir las consecuencias. De recordar historias y que ya no duelan. De superar, y superarse. De entregarse a la batalla y saber abandonarla a tiempo. 

Se trata de golpearnos fuerte, que me cojas la mano y me lleves a volar. De olvidarnos del mundo en este rincón que es solo nuestro. Se trata de buscarnos cuando realmente nos necesitamos, y que sea casi siempre. Se trata de no ver el tiempo pasar y de tatuarnos nuestros nombres a la espalda. Que los mejores tatuajes son aquellos que no llevan tinta. 

Se trata de ser nosotros y marcarle nuestro ritmo. Que no tiene que ser como siempre, que sea diferente, nuestro y a nuestro antojo. Se trata de no entender que nos pasa cuando estamos a menos de 15 centímetros. De buscarle sentido a dormirte en mis brazos. De sentirnos, piel con piel y que pasen las horas que me sigo quedando aquí. Se trata de encontrar nuestra casa, y que la encontremos cuando uno de los dos sonría. 

Y me encanta verte sonreír, porque cuando lo haces mi mundo se vuelve un poco más pequeño y me olvido que existe lo demás. 

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