Se trata de aflojar, de frenar un poco pero no demasiado. De viajar muy lejos pero lo suficiente para poder volver rápido a casa. De dejarse llevar y sufrir las consecuencias. De recordar historias y que ya no duelan. De superar, y superarse. De entregarse a la batalla y saber abandonarla a tiempo.
Se trata de golpearnos fuerte, que me cojas la mano y me lleves a volar. De olvidarnos del mundo en este rincón que es solo nuestro. Se trata de buscarnos cuando realmente nos necesitamos, y que sea casi siempre. Se trata de no ver el tiempo pasar y de tatuarnos nuestros nombres a la espalda. Que los mejores tatuajes son aquellos que no llevan tinta.
Se trata de ser nosotros y marcarle nuestro ritmo. Que no tiene que ser como siempre, que sea diferente, nuestro y a nuestro antojo. Se trata de no entender que nos pasa cuando estamos a menos de 15 centímetros. De buscarle sentido a dormirte en mis brazos. De sentirnos, piel con piel y que pasen las horas que me sigo quedando aquí. Se trata de encontrar nuestra casa, y que la encontremos cuando uno de los dos sonría.
Y me encanta verte sonreír, porque cuando lo haces mi mundo se vuelve un poco más pequeño y me olvido que existe lo demás.
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