He conocido lo que es el amor. He caído en las redes de un hombre que prometió quererme para siempre. He pasado por los brazos de algún que otro amor fugaz, de medianoche. Me he creído todo lo que me contaban y he prometido algo que no podía cumplir. He crecido creyendo que los príncipes azules existen y que el arco iris siempre sale después de la tormenta. Me han roto el corazón en mil pedazos y aún sigo en el camino de reconstruirlo. He amado hasta decir basta. Me he entregado con todas las consecuencias. Y las he sufrido. He mentido para no hacer daño y he ocultado verdades que hubieran cambiado muchas historias. He sido mi primera y única opción. Me he querido por encima de cualquier pero. Y he sentido con todo lo que tengo y más. Me han dañado por ser impulsiva, temeraria y un poco egoísta. Pero después de las tres mil doscientas cincuenta y ocho caídas. Las más de mil doscientas mentiras piadosas. Después de las verdades ocultadas y de los miedos escondidos. He vivido. Más intensamente de lo que nunca podía imaginar que era posible. Tanto que he sido víctima de mis locuras y culpable de mis impulsos. He vivido hasta no diferenciar la ficción de la realidad. Soñando y viviendo mi sueño como siempre desee.
No esperes que la vida te sorprenda.
Se tú quien tiene que sorprender. Y sorpréndete.
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