Hace tiempo, leí que hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse como a una ventana llena de sol.
Pues eso me pasó a mí con ella. Bueno, a mí y a cada persona que la conoce, no fui una excepción.
Supongo que será porque ama la Vida y te contagia de ella sin saberlo
o por su Inocencia y por ser capaz de conservar un trocito de infancia en una madurez asombrosa.
Porque sin sus Olvidos no sería ella, ya se trate de no comer o de los problemas.
Por haberme enseñado la Libertad en el mayor sentido de la palabra, libre para pensar, libre para enseñar, libre para ser.
Lo de que es Especial no necesita justificación alguna, sólo hay que pasar un minuto a su lado para comprobarlo.
Tajante como las amigas de verdad, que no dudan en decir las verdades a la cara, siempre a tiempo y de la manera menos dolorosa posible.
Y que si algo despierta en mí es Admiración, como a poca gente.
Riéte siempre de tus defectos, y de los míos. Y sigue demostrando que ningún problema es capaz de borrarte la sonrisa.
Sólo espero que, cada vez que vuelva la cara ahí estes tu, canturreando por lo bajini para hacerme saltar.
Esta frase nunca tuvo tanto sentido.
Feliz vida, amiga invisible :)
miércoles, 28 de diciembre de 2016
viernes, 9 de diciembre de 2016
El amor es una mierda
Nunca me han partido el corazón y aún así puedo decirlo:
El amor es una mierda.
Toda la vida pensando que es el culmen de la felicidad,
encontrar a una persona para pasar el resto de tu vida a su lado.
Hasta que la encuentras.
Y eres súper feliz.
Y se lo cuentas al mundo.
Y el mundo te da su bendición.
Y todo es súper bonito.
Y medio mundo empieza a planear tu vida.
Pero tu decides que ya no es tan bonito.
Que ya no eres súper feliz.
Y dejas un corazón roto. Bueno, unos cuantos.
El suyo y los de la mitad del mundo que creía que era el amor de tu vida.
Y te sientes la peor persona de la Tierra.
Y no eres capaz de mirar a la cara ni al medio mundo ni a nadie.
Y de repente, algo de luz, una persona.
Mierda tío, no es el momento.
Y me encanta, pero no. No puedo.
Voy a hacer mucho daño. No se lo merecen.
La pregunta es: ¿Me lo merezco yo?
Y todo esto, sin decir nada, sólo lo que unos minutos a 1800km de distancia me han dejado adivinar en tu voz.
Qué injusto.
El amor es una mierda.
Es muy puto cuando lo sufres desde dentro,
pero jode igual cuando lo vives desde fuera.
El amor es una mierda.
Toda la vida pensando que es el culmen de la felicidad,
encontrar a una persona para pasar el resto de tu vida a su lado.
Hasta que la encuentras.
Y eres súper feliz.
Y se lo cuentas al mundo.
Y el mundo te da su bendición.
Y todo es súper bonito.
Y medio mundo empieza a planear tu vida.
Pero tu decides que ya no es tan bonito.
Que ya no eres súper feliz.
Y dejas un corazón roto. Bueno, unos cuantos.
El suyo y los de la mitad del mundo que creía que era el amor de tu vida.
Y te sientes la peor persona de la Tierra.
Y no eres capaz de mirar a la cara ni al medio mundo ni a nadie.
Y de repente, algo de luz, una persona.
Mierda tío, no es el momento.
Y me encanta, pero no. No puedo.
Voy a hacer mucho daño. No se lo merecen.
La pregunta es: ¿Me lo merezco yo?
Y todo esto, sin decir nada, sólo lo que unos minutos a 1800km de distancia me han dejado adivinar en tu voz.
Qué injusto.
El amor es una mierda.
Es muy puto cuando lo sufres desde dentro,
pero jode igual cuando lo vives desde fuera.
lunes, 28 de noviembre de 2016
Vai-ven-me voy.
He necesitado de más para aprender a conocer tus menos.
He leído tantas veces la página que ha perdido magia el libro.
He vuelto a traspasar el límite y aquí sigo,
aunque hoy si sé que me voy a tiempo.
Que ya está bien.
De tus mensajes a deshoras.
De tus nunca llegar a tiempo.
De tus sí, que son no.
De tus no, que nunca llegan a ser serios.
De tus códigos entre líneas.
De tu ser, sin estar, que habla más de tí lo que callas que la sonrisa de después.
Que me voy, amor.
Y que ojalá mañana,
ya por fin sea tarde.
He leído tantas veces la página que ha perdido magia el libro.
He vuelto a traspasar el límite y aquí sigo,
aunque hoy si sé que me voy a tiempo.
Que ya está bien.
De tus mensajes a deshoras.
De tus nunca llegar a tiempo.
De tus sí, que son no.
De tus no, que nunca llegan a ser serios.
De tus códigos entre líneas.
De tu ser, sin estar, que habla más de tí lo que callas que la sonrisa de después.
Que me voy, amor.
Y que ojalá mañana,
ya por fin sea tarde.
jueves, 24 de noviembre de 2016
Briconsejo
Ya.
Para.
Deja de esperar a que te hable.
No vuelvas a entrar en la conversación para ver si está en línea,
porque lo está, y ahora no,
y ahora sí
y ahora no.
Y no, no tiene por qué estar hablando con otra,
o quizás sí.
Pero a ti sigue sin hablarte. Y sigue en línea.
Y tú sigues pegada a la pantalla esperando un escribiendo.
O un mensaje. Tan absurdo como ambos tres, el mensaje, tú y él.
Y a ti ya no se te ocurre qué más hacer para llamar su atención.
Y él te presta cada vez menos.
Así que olvídate,
Deja de esperar a que te hable y háblale a otro.
No será ni tan raro, ni tan ilógico, ni tan mágico,
pero, al menos, dejarás de pensar que estás esperando algo que no llegará.
(De nada)
miércoles, 26 de octubre de 2016
Pequeña gran revolución.
Políticamente incorrecta. Amante de las casualidades y de las dudas infinitas.
Así se define ella.
Yo diría que es desastrosamente especial. Tiene un temperamento digno de provocar un huracán y a la vez es tan pequeña que se rompe en mil pedazos.
En lo que estamos de acuerdo es que es una vividora y luchadora. Y no le tiene miedo a nada.
Repito, a nada.
Que está rodeada de gente que la adora y que al hablar de ella se me llena la boca de orgullo.
Hace un año me despedía ella y ahora me deja aquí. Con este rincón medio vacío y con su cabeza invadiendo los alrededores de París.
Vive.
Y sencillamente no hagas nada especial.
Deja que todos se queden fascinados con la simpleza magnitud de tu encanto.
Y vuelve, vuelve siempre a los lugares donde fuimos felices.
C, 💛
jueves, 15 de septiembre de 2016
Mi niña bonita
Un año después soy capaz de cerrar los ojos y no llorar.
Ahora la sonrisa acompaña cada uno de los recuerdos que inundan mi cabeza, en todos y cada uno en los que aparece ella.
Un año, tan largo y a la vez tan corto. Una oportunidad para aprender a que aunque no estés a mi lado vives conmigo.Y con todos nosotros. Me acompañas en cada cosa que me pasa. Más que antes, si cabe.
Un año sin ti, un año conmigo.
Te quiero mucho.
Y
Ahora la sonrisa acompaña cada uno de los recuerdos que inundan mi cabeza, en todos y cada uno en los que aparece ella.
Un año, tan largo y a la vez tan corto. Una oportunidad para aprender a que aunque no estés a mi lado vives conmigo.Y con todos nosotros. Me acompañas en cada cosa que me pasa. Más que antes, si cabe.
Un año sin ti, un año conmigo.
Te quiero mucho.
Y
sábado, 23 de julio de 2016
Arrivederci.
Hacía mucho no disfrutaba tanto un abrazo. Ese sentir que puedes quedarte a vivir una eternidad en un olor que impregna cada rincón. Ese instante que dura segundos y sientes que nada gira alrededor.
Si que podemos pararnos en ese momento y decir adiós sin saber todo lo que esto implica.
A mí ya no me duelen las despedidas, o no lo hacen tanto cuando sabes que si se quiere; se puede. Y que volveremos a vernos si ambos dos lo intentamos.
Pero decir adiós a quien se queda me está resultando lo peor. Decir adiós a una sonrisa que te vio bailar y que bailo contigo. Decir adiós a quien le has entregado en tiempo récord esa parte de ti que no se entrega a cualquiera. Decir adiós a eso. A lo que dejas en alguien y no sabes si merecerá la pena.
Nunca le encontré más sentido a romper a llorar. Porque romperse siempre ha sido sentir. Y echar de menos me parece lo peor. Detrás de quedarse con las ganas, y yo me he quedado con muchas. Y he guardado tus palabras a mi espalda. Y ya no más. Y posiblemente ya nunca.
Vamos a seguir contando mentiras y a decir que no nos importa. O hablo de mí. Porque ya no estás ni sé a dónde vas pero si de dónde vienes. Y porque yo he dado igual y me voy vacía a pesar de haberme sentido plena cuando estabas a menos de 30cm.
Que complicada se vuelve la rutina cuando se nos escapa de las manos, cuando vuela tanto que no vamos a saber dónde vamos a parar.
Y ahora rota, desarmada y confundida. Sola y ni contigo ni sin ti. Buscando entre lugares, rebuscando en los rincones y esperando que la luz de tu casa se vuelva a encender pronto estos días. O que llegue cuanto antes mi avión.
Y me aleje. Y me vaya. Lejos del mundo y lejos de tí. Porque nunca fui de entregarme y si lo hago después huyo.
Y esta es mi última opción.
Si que podemos pararnos en ese momento y decir adiós sin saber todo lo que esto implica.
A mí ya no me duelen las despedidas, o no lo hacen tanto cuando sabes que si se quiere; se puede. Y que volveremos a vernos si ambos dos lo intentamos.
Pero decir adiós a quien se queda me está resultando lo peor. Decir adiós a una sonrisa que te vio bailar y que bailo contigo. Decir adiós a quien le has entregado en tiempo récord esa parte de ti que no se entrega a cualquiera. Decir adiós a eso. A lo que dejas en alguien y no sabes si merecerá la pena.
Nunca le encontré más sentido a romper a llorar. Porque romperse siempre ha sido sentir. Y echar de menos me parece lo peor. Detrás de quedarse con las ganas, y yo me he quedado con muchas. Y he guardado tus palabras a mi espalda. Y ya no más. Y posiblemente ya nunca.
Vamos a seguir contando mentiras y a decir que no nos importa. O hablo de mí. Porque ya no estás ni sé a dónde vas pero si de dónde vienes. Y porque yo he dado igual y me voy vacía a pesar de haberme sentido plena cuando estabas a menos de 30cm.
Que complicada se vuelve la rutina cuando se nos escapa de las manos, cuando vuela tanto que no vamos a saber dónde vamos a parar.
Y ahora rota, desarmada y confundida. Sola y ni contigo ni sin ti. Buscando entre lugares, rebuscando en los rincones y esperando que la luz de tu casa se vuelva a encender pronto estos días. O que llegue cuanto antes mi avión.
Y me aleje. Y me vaya. Lejos del mundo y lejos de tí. Porque nunca fui de entregarme y si lo hago después huyo.
Y esta es mi última opción.
domingo, 19 de junio de 2016
Magia.
El paraíso tiene fecha de caducidad, y hoy le he puesto la mía.
Nadie sabe que le espera detrás de la puerta, pero yo sé que esto es tan solo el final del principio de todo.
Vamos a disfrutar como niños todo el tiempo que nos lo permitan, vamos a llorar riendo porque la vida no nos espera y vamos a entender que los finales son inevitables.
"Todo lo bueno se acaba"
Nadie sabe que le espera detrás de la puerta, pero yo sé que esto es tan solo el final del principio de todo.
Vamos a disfrutar como niños todo el tiempo que nos lo permitan, vamos a llorar riendo porque la vida no nos espera y vamos a entender que los finales son inevitables.
"Todo lo bueno se acaba"
miércoles, 15 de junio de 2016
*9
Siempre me avisaron de que lo haría cuando estuviera mal.
Que serías mi primer pensamiento en los malos momentos.
Mentían.
Lo eres ahora, mientras doy buenas noticias. Y cuando las recibo. Y cuando río, y tengo buenos ratos. Y cuando pienso que no estás aquí para verme feliz. Aunque lo estés.
Aqui estoy, nueve meses después, y como siempre, sin saber cómo, término escribiendo sobre ti. No se si podré acostumbrarme alguna vez.
"Llorar es limpiar el alma.
Desenredarla.
Para vestirla de blanco,
y volver a empezar."
Que serías mi primer pensamiento en los malos momentos.
Mentían.
Lo eres ahora, mientras doy buenas noticias. Y cuando las recibo. Y cuando río, y tengo buenos ratos. Y cuando pienso que no estás aquí para verme feliz. Aunque lo estés.
Aqui estoy, nueve meses después, y como siempre, sin saber cómo, término escribiendo sobre ti. No se si podré acostumbrarme alguna vez.
"Llorar es limpiar el alma.
Desenredarla.
Para vestirla de blanco,
y volver a empezar."
lunes, 2 de mayo de 2016
Mi manchi
Echo de menos a .
Ya no añoro verlo, ni despertarlo a carcajadas o escucharlo explicarme lo especial que soy para él. Tampoco echo de menos esa forma tan suya de mirar, de acariciar o de hacer(me) el amor.
No extraño sus buenos días, buenas noches, los paseos de andar por andar, confesándonos secretos, descubriéndonos lugares. Pintar juntos, reír como niños. Tirarme en la cama todo el día y negarme a levantarme sin él. O nuestras madrugadas abrazados siendo uno solo. En una cama que se quedaba muy grande porque nos hacía falta muy poco. Esas noches de apagar el reloj, encender la luna y contarnos la vida a versos. (Te confieso que eso sí lo echo un poco de menos).

Pero cuando hablo de extrañar me refiero a un nosotros. A una rutina desordenada que impusimos sin saberlo.
Hablo de ti y de mi. Y del sentido que tenía mi vida cuando éramos lo que quiera ser que fuimos.
Me refiero a esas pequeñas cosas, a solo saber que estás sin tener que demostrarlo. A sonreír si mi teléfono te recuerda.
A que sigas ahí.
Calando hondo. Dejando huella.
A que no me arranquen ese trozo de mi que te llevaste contigo.
Ya no añoro verlo, ni despertarlo a carcajadas o escucharlo explicarme lo especial que soy para él. Tampoco echo de menos esa forma tan suya de mirar, de acariciar o de hacer(me) el amor.
No extraño sus buenos días, buenas noches, los paseos de andar por andar, confesándonos secretos, descubriéndonos lugares. Pintar juntos, reír como niños. Tirarme en la cama todo el día y negarme a levantarme sin él. O nuestras madrugadas abrazados siendo uno solo. En una cama que se quedaba muy grande porque nos hacía falta muy poco. Esas noches de apagar el reloj, encender la luna y contarnos la vida a versos. (Te confieso que eso sí lo echo un poco de menos).
Pero cuando hablo de extrañar me refiero a un nosotros. A una rutina desordenada que impusimos sin saberlo.
Hablo de ti y de mi. Y del sentido que tenía mi vida cuando éramos lo que quiera ser que fuimos.
Me refiero a esas pequeñas cosas, a solo saber que estás sin tener que demostrarlo. A sonreír si mi teléfono te recuerda.
A que sigas ahí.
Calando hondo. Dejando huella.
A que no me arranquen ese trozo de mi que te llevaste contigo.
domingo, 1 de mayo de 2016
M.
Hay palabras que se quedan grabadas para siempre.
Como hace algunos años, cuando me pediste que brillara y que lo hiciera a lo grande. Fuerte y bonito.
Hoy estoy aquí, bastante lejos y cumpliendo sueños. Como llevo haciendo desde que conseguí soltar mis miedos y echar a volar mis ganas.
Hoy te debo todas esas ganas. Las mismas por las que me empapo cada día de emociones. Las ganas de atreverme a vivir. Siempre a mi manera. Las mismas ganas que ya no me frenan y que ahora hacen que mi vida sea mía y que dependa sola y exclusivamente de mi. Las ganas vivir tan intensamente que no sepa distinguir la realidad de la ficción. Viviendo sueños.
Se lo mucho que te gusta que escriba, y lo poco que te dejo leerme.
Pero hoy era más que necesario.
Mamá. ❤️
Como hace algunos años, cuando me pediste que brillara y que lo hiciera a lo grande. Fuerte y bonito.
Hoy estoy aquí, bastante lejos y cumpliendo sueños. Como llevo haciendo desde que conseguí soltar mis miedos y echar a volar mis ganas.
Hoy te debo todas esas ganas. Las mismas por las que me empapo cada día de emociones. Las ganas de atreverme a vivir. Siempre a mi manera. Las mismas ganas que ya no me frenan y que ahora hacen que mi vida sea mía y que dependa sola y exclusivamente de mi. Las ganas vivir tan intensamente que no sepa distinguir la realidad de la ficción. Viviendo sueños.
Se lo mucho que te gusta que escriba, y lo poco que te dejo leerme.
Pero hoy era más que necesario.
Mamá. ❤️
martes, 26 de abril de 2016
Egocéntrica
Me gusta ser rara y fijarme en las cosas que no todo el mundo suele apreciar. Como ese momento en el que un chico espera para decir adiós a su novia por la ventanilla del bus. Eso también me gusta. Igual que me gusta dormir en la cama de mi hermano cuando él no está, casi tanto como el café frío.
También me gusta la mirada pícara de mi abuelo cuando suelto alguna de mis tonterías, o las veces que, sin querer, se le escapaba una risilla disimulada a mi abuela con algo que él dijese aunque estuviera profundamente enfadada.
Y me gusta vivir, por encima de todo. Reír a carcajadas o llorar como para llenar un lago. Y ser capaz de hacer las dos cosas en menos de 2 minutos, y no saber la razón. Eso también me gusta.
Y las comidas familiares, en las que lo primero es de lo menos y lo segundo lo de más. Aunque son mucho más difíciles desde que no estás, todos lo sabemos, aunque no digamos nada.
Y me gusta pasar cualquier momento con mis amigas. En cualquier sitio, a cualquier hora.
Y nuestros planes improvisados. Esos siempre fueron los mejores.
También me gustan mis ratitos a solas. Y leer hasta que me duela la cabeza. Y que me mires mientras intentas adivinar en qué estoy pensando. Y colorear.
Y, desde hace algún tiempo, también me gustas tú. Y me gusto yo cuando estoy contigo.
Y eso es lo que más me gusta.
También me gusta la mirada pícara de mi abuelo cuando suelto alguna de mis tonterías, o las veces que, sin querer, se le escapaba una risilla disimulada a mi abuela con algo que él dijese aunque estuviera profundamente enfadada.
Y me gusta vivir, por encima de todo. Reír a carcajadas o llorar como para llenar un lago. Y ser capaz de hacer las dos cosas en menos de 2 minutos, y no saber la razón. Eso también me gusta.
Y las comidas familiares, en las que lo primero es de lo menos y lo segundo lo de más. Aunque son mucho más difíciles desde que no estás, todos lo sabemos, aunque no digamos nada.
Y me gusta pasar cualquier momento con mis amigas. En cualquier sitio, a cualquier hora.
Y nuestros planes improvisados. Esos siempre fueron los mejores.
También me gustan mis ratitos a solas. Y leer hasta que me duela la cabeza. Y que me mires mientras intentas adivinar en qué estoy pensando. Y colorear.
Y, desde hace algún tiempo, también me gustas tú. Y me gusto yo cuando estoy contigo.
Y eso es lo que más me gusta.
sábado, 26 de marzo de 2016
Tiempo
-Esa palabra. Me mata.
-Por eso he evitado usarla.
-Soy inflexible con los tiempos.Solo son una excusa.
-Pero esto es diferente.
Yo no pido tiempo sin ti,
pido tiempo contigo.
pido tiempo contigo.
lunes, 21 de marzo de 2016
in - Tangibles
"Intangible, según la RAE: que no puede o no debe tocarse."
Así. Tal cual. Con este sentimiento me he despertado esta mañana.
He estado pensando en cómo. Poniéndole nombre al dónde, buscando con quién...Y sigo en el mismo punto de partida, mirando a todos lados por si aparece ese halo de inspiración por alguna de las cuatro esquinas de mi habitación.
A lo que vamos, lo intangible es por definición inexplicable y por experiencia indomable. Y os lo explico.
Llegados a este punto he de decir que la vida se rige por mil formas abiertas, todas y cada una de ellas moldeables a tu antojo y que son los sentimientos, las emociones, los instantes y algún que otro recuerdo los que se encargan de mover el mundo en el sentido y la dirección que queramos darle.
Así, el amor. La confianza. La libertad. La esperanza. La alegría. Y la tristeza. La felicidad. La lealtad. Son solo algunas de esas pequeñas cosas intangibles por las que se rige la vida. Y no puedo explicarte que son. No existe definición alguna para expresarte qué es el amor, cómo se (des)hace, cuánto se sufre o cuándo se pasa. Ni puedo decirte dónde está la felicidad ni hasta cuándo caminará de nuestro lado. O qué debes hacer para superar la tristeza cuando te abruma una tarde lluviosa de domingo después de una noche de sábado un tanto anormal.
Y por más que la RAE se empeñe yo te digo que no. Que sus definiciones son otro de los mayores errores del ser humano por querer ponerle nombre y apellido a las cosas más sin sentido de nuestro mundo. Que ya se descubrió que la tierra era redonda y no pasó nada. Ni tampoco pasará si salimos a emborracharnos de todas esas historias que nos contaron que no se podían hacer porque iban siempre en contra de unos principios que vete tú a saber quién los impuso.
Que sí. Que las normas las cumple quien puede pero no quien quiere y que llegados a este punto y ya que vamos a estar dos días aquí, pues vivamos también de lo prohibido. 

Y he aquí la segunda mitad de mi pequeña mañana de sol sin hacer nada. Que ya te he contado el porque de mi in-explicacion (o como quiera que se diga), a porque hago cosas sin saber y me meto en la boca del lobo, en el cuello de la botella y en la cueva del oso buscando o sin buscar.
Y ahora voy a hablarte de todo eso que se hace sin pensar. A lo loco. Por la borda. O por los aires. Disparatada. Porque también mis secretos intangibles son un poco indomables. Y si no que vengan los listos a decirme cómo se frena una noche de pasión en a saber que casa nos tocó ayer, o que se dignen a contarme sus secretos para no llorar de la risa o reír del llanto en décimas de milésimas de segundo. O que ayer, mientras mi gin-tonic seguía en mi mano me pareciste de verdad y decías cosas con sentido, hasta que me desperté y la confianza se esfumó como el diente de león que acabo de soplar pidiendo un deseo que a ninguno le importa y tampoco a tí. O quizás sí, pero también es intangible y tú no crees en estas cosas mías tan raras e imposibles.
Y ahora voy a hablarte de todo eso que se hace sin pensar. A lo loco. Por la borda. O por los aires. Disparatada. Porque también mis secretos intangibles son un poco indomables. Y si no que vengan los listos a decirme cómo se frena una noche de pasión en a saber que casa nos tocó ayer, o que se dignen a contarme sus secretos para no llorar de la risa o reír del llanto en décimas de milésimas de segundo. O que ayer, mientras mi gin-tonic seguía en mi mano me pareciste de verdad y decías cosas con sentido, hasta que me desperté y la confianza se esfumó como el diente de león que acabo de soplar pidiendo un deseo que a ninguno le importa y tampoco a tí. O quizás sí, pero también es intangible y tú no crees en estas cosas mías tan raras e imposibles.
A lo que iba, que esta mañana se me ha ido de las manos en el momento en que me despertaron de mi sueño intangible en el que estabas. Y yo podía y debía tocarte. Podía y debía sentirte. Podía y debía. Hasta que sonó un despertador que me hizo recordar que no.
Que las mejores cosas que la vida me ha dado no son reales. Que no existen. Como tú. Que ya no sé dónde te metes pero que desde aquí te grito bien fuerte. Y por si me oyes llévame de vuelta a donde quiera que te hayas escondido.
Que yo no puedo ni debo tocarte. Y que tampoco quiero porque pasarás de intangible, a tangible. De irreal a real. De inexplicable a explicable y de indomable a domable.
Y yo ya no sé si eso me gusta, si te busco, te encuentro o solo me limito a vivir. Contigo o de tí. No. Mejor conmigo y feliz.
Por eso y porque voy a seguir apostando fuerte. Por mis sueños tan intangibles, que no los toco pero los siento, los huelo y los disfruto, y por tí, tu media sonrisa y lo mucho que has disfrutado mientras sabías que detrás de todo esto estaba yo y todas esas cosas que tanto te gusta escucharme contar.
Y ahora que lo has leído, se acaba y se vuelve intocable. O intangible. Que al fin y al cabo ya sabes que sigue siendo un poco lo mismo.
jueves, 10 de marzo de 2016
(:
Una niña de unos 5 años y unos 10 minutos de sonrisa en un metro belga me traen hasta aquí.
Sin conocerla y sin entendernos.
Cuando alguien sonríe no hace falta nada más.
Por eso tú entiendes el lenguaje universal.
Y atrapas corazones allá donde vas.
Tú con esa sensibilidad que despierta las más profundas de las admiraciones.
Tú y tu capacidad de ver todo lo bonito que hay en alguien.
Tú y tu ilusión.
Espero que nunca pierdas esa manera de sonreír, sincera, contagiosa.
Pequeña sonrisa de Amelie, me tienes ganada.
Bonito día, mejor experiencia y feliz felicidad con tus patitos.
💚💚
Sin conocerla y sin entendernos.
Cuando alguien sonríe no hace falta nada más.
Por eso tú entiendes el lenguaje universal.
Y atrapas corazones allá donde vas.
Tú con esa sensibilidad que despierta las más profundas de las admiraciones.
Tú y tu capacidad de ver todo lo bonito que hay en alguien.
Tú y tu ilusión.
Espero que nunca pierdas esa manera de sonreír, sincera, contagiosa.
Pequeña sonrisa de Amelie, me tienes ganada.
Bonito día, mejor experiencia y feliz felicidad con tus patitos.
💚💚
lunes, 22 de febrero de 2016
Sin título y a lo loco.
Aquí está. Aquí lo tienes. Todo lo que no fui capaz de
pedirte con palabras y a la cara. Todo lo que nunca te dije y siempre te quise
contar. Tuyo. Mío. Y algún día, nuestro.
Qué somos fue la incógnita sin desvelar de nuestra película favorita.
La única pregunta de solo dos palabras que yo nunca pude hacerte. Y no porque
no me atreviera. O Quizás sí. Pero sobre todo porque había tantos momentos que
recordaba haber estropeado de esa forma que no quería recordarnos como uno más.
Para mí la respuesta es demasiado sencilla. Somos. Polos
opuestos encontrados que se han embarcado en una aventura. Sin quererlo ni
beberlo. Pero somos más.
Somos dos mentes por encima de todo que sin ni
siquiera conocerse ya entablaban conversaciones dignas de debate. Somos un
documental recomendado. De tí. Para mí. Somos un guión sin escribir en un
teatro vacío lleno de expectación y de ganas. De ganas de desgarrarnos la vida.
De absorbernos, bebernos, fumarnos y todo aquello que en esta vida requiera una
intensidad de alto voltaje. Causales luchadores que han llegado hasta aquí
porque lo han buscado. Dos caminos entrelazados al azar por un medio llamado
destino. Somos desconocidos que se han conocido juntos. Que ni yo sabía que
entre mis hobbies estaba escucharte pintarme en sueños. Ni tú probablemente te
engancharías durante las noches que duramos a un corazón perdido y sin aliento.
Somos vidas separadas y pesadillas que se vuelven sueños cuando
aparecemos.
Somos una historia sin final ni principio. El caos más
profundo que te habían contado jamas. Los valientes que no niegan qué somos y
los cobardes que ya no saben avanzar si no somos uno. No decirnos adiós era el
mayor de nuestros desafíos pero ya sabéis que nadie deja su libro favorito a
medias, ni pasa página cuando le encanta re-leer (nos). Y menos, cuando ya nos hemos
saciado de camas vacías ensuciando sábanas que no saben a nada mas que a
impotencia. Cuando el grito final de los finales acaba en un suspiro con tu
nombre. O cuando al abrir los ojos en medio de un montón de gente siempre te da
por buscar mi sonrisa brillar.
Y ya no brilla igual si no es contigo. Y ya no vive más.
Ni
igual.
Ni parecido.
viernes, 5 de febrero de 2016
Lo sabíamos y aún sabiéndolo decidimos estrellarnos.
Yo lo sabía. Tanto o más que tú. No tan rápido, si no lento y suculentamente desapercibido, como quien llama sin avisar a una puerta que no escucha.
Yo lo sabía. Tanto que ni siquiera se oyeron ninguno de mis gritos ahogados en la madrugada que ya no estabas. Fuerte. Como las piedras que fui dejando en mi camino que solo a ti te indicaban como regresar un día cualquiera a casa. Yo sabía que tu hasta pronto era más bien un adiós de cobardía y que tu última sonrisa me pertenecería durante más de mil noches.
Yo lo sabía. Que te gustaba verme marchar y sin embargo odiabas ver mis pasos alejarse. Que solo la madrugada empapada de botellas vacías sobre tu cama y alguna que otra compañía a la que susurrabas mi nombre te recordaba a mí. Eso. Y los días en los que es mejor no decir nada, cuando solo un abrazo nos salva del mundo y no nos vale cualquiera.
Yo lo sabía. Tanto que ni siquiera se oyeron ninguno de mis gritos ahogados en la madrugada que ya no estabas. Fuerte. Como las piedras que fui dejando en mi camino que solo a ti te indicaban como regresar un día cualquiera a casa. Yo sabía que tu hasta pronto era más bien un adiós de cobardía y que tu última sonrisa me pertenecería durante más de mil noches.
Yo lo sabía. Que te gustaba verme marchar y sin embargo odiabas ver mis pasos alejarse. Que solo la madrugada empapada de botellas vacías sobre tu cama y alguna que otra compañía a la que susurrabas mi nombre te recordaba a mí. Eso. Y los días en los que es mejor no decir nada, cuando solo un abrazo nos salva del mundo y no nos vale cualquiera.
Yo lo sabía. Tan bien como tú. Que te alejarías y que podíamos ser el final de los finales empezando por un principio que nunca tuvimos. Que los viajes a deshoras perderían el sentido. Y los rincones de aquella ciudad se quedarían en la memoria de los que saben que lo fueron todo y ahora nada.
Yo lo sabía. Que el tiempo por nosotros no pasaba pero la distancia hizo estragos improbablemente imposibles de reparar, como los corazones pisoteados por algún que otro idiota que solo vino a dejar huella y a llevarse algo que no es suyo.
Yo lo sabía. Egoísta. Que vendrías a poner la puntilla en una historia para no contarme el final. Que pospondrías todos esos peros con mis puntos suspensivos esperando que algún día se alarguen más. Yo lo sabía tan bien como tú. Que te hacías el sordo siendo el sueco que nunca hablaba de nada. Que si yo era paz, tú venías proponiéndome la guerra. Que si yo elegía los veranos en tu espalda, tú los arrasabas a tormentas para no volver jamás.
Yo lo sabía. Que si no apostabas, yo ganaba. Y si te ibas, la puerta siempre cerrada pero la llave bien guardada en aquel lugar al que prometimos no volver jamás.
Y para seguir con la costumbre de dos locos que imponían reglas solo para ser capaces de romper con toda la verdad, volvimos.
Y tome tu llave. Y abrí tu puerta.
Y estabas pero no.
O sí, pero tampoco.
Y tome tu llave. Y abrí tu puerta.
Y estabas pero no.
O sí, pero tampoco.
Yo lo sabía. Y sin embargo en ningún segundo se me pasó por la cabeza retirarme lo más mínimo.
Nadie deja su libro favorito a medias. O sí. Pero solo cuando conocemos nuestro final y no sabemos que hacer para remediarlo.
Nadie deja su libro favorito a medias. O sí. Pero solo cuando conocemos nuestro final y no sabemos que hacer para remediarlo.
lunes, 4 de enero de 2016
Los borrachos, los niños y los corazones rotos siempre dicen la verdad.
Me voy. Y no me voy.
Me quedo. Y tampoco estoy.
Me evado en recuerdos. Me pierdo en olores. Me encuentro en
abrazos.
Me marché y una parte no ha vuelto conmigo. La has atado a
tí, bien fuerte. Llevándote la esencia. Mi yo inerte sepultado entre
escombros.
Y lo busco.
Lo he llamado y le he pedido que vuelva. Y no
contesta. Ya no descuelga. Que dice que contigo está mejor y que es más
fuerte que nunca.
Y mientras tanto yo, sembrando sensaciones. Escribiendo
momentos para grabarlos por siempre. Por si no se repiten y me toca vivir de
recuerdos.
Por si eso que te has llevado contigo nunca lo traes de vuelta.
Al
menos que pueda cerrar los ojos y seguir soñandote despierta.
Siempre nos quedará el secreto mejor guardado y tu piel, erizada siempre debajo de mis manos.
sábado, 2 de enero de 2016
Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va.
Éste va por ti.
Nunca pensé que iba a hacerte tanta ilusión aparecer por estos lares, ni que estuvieras esperando un tocho con una despedida cursi. Pero aquí me veo, escribiendo sin pensar unas palabritas que salen desde el alma.
Las circunstancias nos han traído hasta aquí. Hoy tú eres la prota.
Tú, que me has enseñado lo que es la verdadera amistad.
Tú, que me has regalado una familia y unos amigos que no se pueden aguantá.
Tú, tan tú.
Tan visceral, tan de enfados y de carcajadas, de sabios consejos y de verdades a la cara.
Y tan valiente, tan luchadora y tan capaz.
Hoy que te enfrentas a una nueva oportunidad, quiero que sepas lo orgullosa que estoy de ti.
Y no te digo ná de lo que tienes que hacer.
De disfrutar de cada momento y cada lugar.
De cada persona que se cruce en tu camino.
De cada lágrima y de cada sonrisa.
De cada lección.
De TODO lo que te regalen los próximos meses.
Pero cuéntamelo con pelos y señales.
Eso sí es una obligación.
Buena suerte AMIGA, así en mayúsculas (y me quedo corta).
Nunca pensé que iba a hacerte tanta ilusión aparecer por estos lares, ni que estuvieras esperando un tocho con una despedida cursi. Pero aquí me veo, escribiendo sin pensar unas palabritas que salen desde el alma.
Las circunstancias nos han traído hasta aquí. Hoy tú eres la prota.
Tú, que me has enseñado lo que es la verdadera amistad.
Tú, que me has regalado una familia y unos amigos que no se pueden aguantá.
Tú, tan tú.
Tan visceral, tan de enfados y de carcajadas, de sabios consejos y de verdades a la cara.
Y tan valiente, tan luchadora y tan capaz.
Hoy que te enfrentas a una nueva oportunidad, quiero que sepas lo orgullosa que estoy de ti.
Y no te digo ná de lo que tienes que hacer.
De disfrutar de cada momento y cada lugar.
De cada persona que se cruce en tu camino.
De cada lágrima y de cada sonrisa.
De cada lección.
De TODO lo que te regalen los próximos meses.
Pero cuéntamelo con pelos y señales.
Eso sí es una obligación.
Buena suerte AMIGA, así en mayúsculas (y me quedo corta).
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